Por Ing. Agr. Leonardo Vique.
En las últimas semanas, el clima
ha planteado un escenario complejo en la finalización de la zafra de los
cultivos de verano. Aunque al principio del año se destacaban las muy buenas
perspectivas de producción de soja en la región, las inundaciones severas en el
Estado brasileño de Rio Grande de Sul y varios días consecutivos de lluvias en
Argentina y Uruguay, han impedido el desarrollo de la cosecha, lo que permiten
prever pérdidas relevantes en materia económica y de producción.
Las inundaciones en el sur de Brasil han sido catastróficas en muchos aspectos, ya que se estima que alrededor del 20% a 30% de la producción de soja y arroz se ha perdido o será perdida. En Uruguay, el panorama es más variable, pero se espera que haya pérdidas significativas debido al exceso de lluvias y demoras en la cosecha.
Además, las inundaciones generan
grandes pérdidas en otros aspectos, como la cosecha fuera de la fecha ideal,
daños en los suelos y problemas en la infraestructura y caminería que complican
el transporte de la producción.
La suba de los precios de los
granos también ha sido un efecto secundario de esta situación. La soja pasó de
valorar alrededor de 430 dólares la tonelada en marzo y abril a alrededor de
445 dólares la tonelada. En el arroz, el precio también ha aumentado
significativamente.
El impacto de las inundaciones en
la producción agrícola es significativo y puede afectar negativamente a los
productores. Sin embargo, la gran parte del área rosera se levantó con buenos
rendimientos y se espera que algunos productores puedan compensar los impactos
negativos con el repunte de los precios.
Es importante mencionar que la
siembra siguiente también puede verse afectada por el atraso en las cosechas y
la falta de piso en las chacras. Aunque no se prevé un recorte significativo
del área de invierno, sí parece que la siembra no podrá completarse en fecha
ideal.
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