La disponibilidad y la capacidad de comprar alimentos son aspectos cruciales de la seguridad alimentaria, pero no son suficientes para garantizarla. La calidad y el uso adecuado de los alimentos también están vinculados a esta. Estudio y estadísticas han demostrado que el crecimiento económico y el aumento de los ingresos son una condición necesaria, pero insuficiente, para mejorar los niveles de nutrición. Otros factores influyen en las decisiones que se toman en cuanto al consumo de nutrientes, siendo este un factor determinante en los hábitos de cada hogar. Existen acciones internacionales que intervienen en aspectos de nutrición que influyen en las decisiones de producción y consumo del hogar, un ejemplo de ello son los programas transferencias del BID, dirigidos a mujeres, permitiéndoles desarrollar capacidades de negociación y con ello aumentan las probabilidades de que dichas transferencias se utilicen para la nutrición, salud y educación infantil. Las estrateg