Por, Ing. Agr. Leonardo Vique.
En los últimos años, hemos sido
testigos de cómo la introducción y expansión de especies exóticas invasoras
(EEI) ha emergido como uno de los problemas ambientales más serios en Uruguay.
Al analizar la “Estrategia Nacional para la Conservación y Uso Sostenible de la
Diversidad Biológica” (MVOTMA, 2016) y la “Estrategia Nacional de Bosque
Nativo” (MGAP, 2018), es evidente que las invasiones biológicas son una amenaza
significativa para nuestros bosques nativos. Con ello en mente, me gustaría
compartir algunos hallazgos relevantes sobre el control de EEI, específicamente
sobre el Ligustrum lucidum, comúnmente conocido como ligustro.
El Problema de las Especies Exóticas Invasoras
El ligustro es considerado uno de
los invasores más agresivos dentro de los ecosistemas forestales uruguayos, lo
que se debe a su capacidad de producir grandes cantidades de semillas y
establecerse rápidamente en diversos ambientes. Esta especie se ha propagado,
afectando no solo a los bosques ribereños y serranos, sino también a la flora
nativa, lo que desplaza y degrada los hábitats ricos en biodiversidad que
poseemos. A pesar de que los bosques nativos representan apenas el 4.7% del
territorio nacional, su papel en la provisión de servicios ecológicos es
esencial.
En un contexto global, las EEI
son reconocidas como la segunda causa de pérdida de biodiversidad, con impactos
profundos en la economía y la sociedad. En Uruguay, la invasión de Ligustrum
lucidum no es solo un problema ecológico, sino un reto que nos exige actuar
de manera efectiva y planificada.
Importancia de los Bosques Nativos
Los bosques son fundamentales por
los servicios que ofrecen: regulan el clima, almacenan enormes cantidades de
carbono y sostienen una vasta diversidad de especies. Aproximadamente el 90% de
las especies leñosas, reptiles y mamíferos dependen de estos ecosistemas para
su supervivencia. También vale la pena notar que los bosques nativos son invaluables
para la agricultura y ganadería, ya que protegen recursos esenciales como el
agua y el suelo.
Sin embargo, la introducción de
especies como el ligustro ha comenzado a cambiar drásticamente la estructura y
función de estos ecosistemas. Esto me lleva a reflexionar sobre la necesidad de
desarrollar estrategias adecuadas para controlar y gestionar la proliferación
de especies no nativas, no solamente desde un enfoque académico, sino también
involucrando a las comunidades locales en el proceso.
Estrategias de Control: Un
Enfoque Necesario
Diferentes métodos de control han
sido evaluados, desde la aplicación de herbicidas hasta técnicas mecánicas como
la tala y, más recientemente, métodos de control biológico mediante el uso de
ganado. En concreto, la propuesta de utilizar ganado bovino y ovino para
controlar el crecimiento del ligustro se ha revelado como una alternativa
prometedora. Este enfoque no solo reduce la presión sobre la vegetación nativa,
sino que también promueve una gestión más sostenible de los recursos ganaderos.
La herbivoría, como herramienta,
muestra resultados interesantes. Los estudios indican que los bovinos y ovinos
consumen activamente el ligustro, ralentizando su crecimiento sin ocasionar
efectos negativos significativos en la salud animal. Esto sugiere que podríamos
integrar el manejo de ganado en nuestras estrategias de control, pudiendo así
convertir un problema ambiental en una oportunidad de desarrollo sostenible.
La Urgencia de la Acción
Es urgente que consideremos las
implicaciones de nuestras acciones y decisiones en el manejo de los
ecosistemas. La experiencia demuestra que las estrategias implementadas sin un
seguimiento adecuado y un plan de acción a largo plazo tienden a fallar. Por
ello, es fundamental que, como comunidad, trabajemos de manera colaborativa con
instituciones de investigación, el gobierno y la sociedad civil para abordar el
problema de las especies invasoras con la seriedad que merece.
La batalla contra el ligustro y
otras EEI no se ganará de la noche a la mañana. En cambio, requerirá
perseverancia, educación y estrategia. Cada uno de nosotros, como ciudadanos y
profesionales del campo ambiental, tenemos un papel vital en este esfuerzo.
Debemos unir fuerzas para proteger la biodiversidad y los ecosistemas de
Uruguay, asegurando que las generaciones futuras puedan disfrutar de los
tesoros naturales que tenemos hoy.
El control de las especies
exóticas invasoras es un desafío en la gestión ambiental que no solo afecta a
la biodiversidad, sino también a nuestra calidad de vida. Debemos actuar ahora,
informados y preparados, para preservar y proteger lo que es fundamental en
nuestro entorno natural. ¡Juntos, podemos marcar la diferencia!
Hola, yo estoy investigando sobre tojo...otra EEI y como controlar los parches incipientes con un método alternativo...quedo a las órdenes por información
ResponderEliminarExcelente igualmente a las ordenes yo he realizado trabajos en Ligustro.
ResponderEliminarCreo que la peor especie es la Acacia Negra ,sobre al Ao Miguelete y San Salvador se está haciendo imposible combatirla
ResponderEliminarA diferencia del Ligustro ,pocos montaraces se consiguen para hacerle frente ( debido a sus espinas)