Por Ing. Agr. Leonardo Vique.
Estamos en meses cruciales para la
agricultura, especialmente en el contexto de la campaña de cultivos de invierno
que inicio en el país. Podemos plantear desafíos como oportunidades para los
productores. Las condiciones climáticas, en particular las precipitaciones y
las heladas agronómicas que han caracterizado los últimos meses sugieren la
necesidad de un monitoreo detallado de plagas, en particular del complejo de
gusanos blancos como isocas (Diloboderus abderus) que ha ganado
relevancia en esta temporada.
La importancia del monitoreo
constante se torna evidente. Los técnicos debemos presentar a los productores
información fundamental sobre las especies de insectos presentes en el campo,
así como la predicción de condiciones favorables para el aumento de sus
poblaciones. Esta información no solo permite ajustar las tácticas de manejo,
sino que también contribuye a evitar el uso excesivo de métodos de control
químicos, favoreciendo un enfoque más sostenible.
El estudio de las plagas clave como
las orugas desgranadoras, chinches, y el complejo de pulgones en diversos
cultivos ha permitido desarrollar estrategias de manejo más informadas. Además,
la aplicación de biología molecular en la identificación de especies, como en
el caso del género Helicoverpa, ofrece una herramienta valiosa para
obtener una comprensión más precisa de los desafíos que enfrentamos.
Por otro lado, también surgen nuevas
amenazas, como la chicharrita del maíz, que muestra cómo la dinámica de plagas
es un fenómeno en constante evolución. Por ello, la capacitación continua de
los profesionales del agro resulta esencial para adaptarse a este cambiante
panorama.
La campaña de cultivos de invierno en
Uruguay se presenta con un estado general favorable, pero también plantea
desafíos significativos en términos de manejo de plagas. El monitoreo proactivo
y el uso de información científica relevante son fundamentales para garantizar
la rentabilidad y sostenibilidad de los cultivos. Los profesionales del agro
debemos mantenernos alertas y preparados para enfrentar no solo los problemas
actuales, sino también las sorpresas que nos pueden deparar las complejidades
del clima y de la biología de las plagas. En este sentido, el trabajo
coordinado y la comunicación efectiva serán aliados esenciales en la defensa de
nuestras cosechas.
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