Por Ing. Agr. Leonardo Vique.
La tristeza bovina, también
conocida como babesiosis y anaplasmosis, es una enfermedad que ha sido
detectada en varios departamentos de Uruguay, afectando significativamente a
los productores ganaderos. En el norte se reportan situación es particularmente
grave, ya que miles de reses han muerto debido a la enfermedad.
Esta afección es causada por la garrapata común del bovino (Rhipicephalus microplus), que se transmite a través de su picadura. La enfermedad se caracteriza por la destrucción de los glóbulos rojos de la sangre y produce síntomas como inapetencia, elevada temperatura corporal, rápida caída de la producción láctea y anemia.
Según los técnicos
especializados, la estrategia fundamental para combatir la enfermedad reside en
inmunizar a la totalidad de los animales del rodeo. En Uruguay, generalmente se
aplican una o dos dosis, lo cual podría no ser suficiente para prevenir la propagación
de la enfermedad. En contraposición, en Brasil se ha optado por administrar
cuatro dosis como medida preventiva.
La detección temprana y la
notificación inmediata de casos de tristeza bovina son fundamentales para la
implementación de medidas de prevención, control y vigilancia por parte de los
organismos competentes. Además, es importante mantener la higiene de los
materiales de trabajo y reducir la transferencia de sangre infectada entre
portadores.
Es fundamental destacar que, ante
cualquier sospecha de tristeza bovina, o cualquier enfermedad en el ganado, es
imprescindible consultar con un veterinario. El profesional de la salud animal
podrá realizar un diagnóstico preciso, recomendar el tratamiento adecuado y
brindar orientación sobre medidas preventivas para proteger la salud de los
animales y garantizar la producción ganadera de manera segura y eficiente. La
asesoría veterinaria es clave en la gestión de la sanidad animal y en la
prevención de enfermedades que puedan afectar a los animales y a los
productores.
En áreas no endémicas, se debe
controlar el ingreso de animales provenientes de áreas endémicas y realizar la
cuarentena hasta determinar la ausencia de síntomas compatibles o la presencia
de garrapatas.
La enfermedad, no solo impacta directamente a los productores ganaderos, sino que también genera pérdidas económicas significativas en la producción de ganado. Los productores se ven en la situación de perder numerosos animales y destinar importantes sumas de dinero en tratamientos y vacunaciones.
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