Estrategias para el control del Picudo Rojo (Rhynchophorus ferrugineus): Lecciones aprendidas y recomendaciones basadas en la experiencia en España.
Por Ing. Agr. Leonardo Vique.
Este artículo se presenta como un
recurso de apoyo y fuente de propuestas para el control de la plaga del picudo
rojo de la palmera (Rhynchophorus ferrugineus). Las recomendaciones
ofrecidas en este documento están respaldadas por la información recopilada a
través de mis interacciones con expertos en el área, provenientes de la
Universidad de Zaragoza y otras instituciones en España.
Las conclusiones obtenidas son
las siguientes:
- Es muy difícil asegurar que una
palmera esté libre de la infección únicamente mediante la apreciación visual.
- La importación de palmeras
desde áreas infestadas representa un riesgo inaceptable para la introducción
del picudo en zonas libres de esta plaga en la actualidad, tanto a nivel
internacional, nacional, regional y local.
- La captura de adultos a través
de trampas con feromonas y atrayentes vegetales debe ser considerada como una
herramienta crucial en cualquier programa de control de insectos, ya que
permite monitorear la infestación y llevar a cabo capturas masivas de adultos.
Es fundamental utilizar trampas adecuadamente diseñadas y cebarlas
correctamente, además de proporcionar un mantenimiento continuo y garantizar la
protección química de las palmeras cercanas a las trampas olfativas.
- Las palmeras ubicadas en áreas
infestadas deben ser tratadas con insecticidas sistémicos.
INTRODUCCIÓN
Las siguientes recomendaciones se
fundamentan en las conclusiones obtenidas a partir de investigaciones
exhaustivas, observaciones detalladas, estudios sobre el comportamiento del
picudo rojo y el intercambio de información con destacados expertos internacionales
en la materia. Del mismo modo, se considera el contexto local como factor
determinante en la elaboración de estas acciones urgentes.
Estas recomendaciones se centran
en cinco acciones esenciales: inspección meticulosa de las palmeras, pronta
eliminación de aquellas gravemente infestadas, aplicación de tratamientos
preventivos y curativos, uso de trampas para la captura de adultos y la
implementación de medidas cuarentenarias. Cabe destacar que estas
recomendaciones estarán sujetas a revisión conforme a los estudios llevados a
cabo por academias y centros de investigación en nuestro país.
Inspección
Al identificar una palmera infestada, se recomienda realizar de forma inmediata una inspección exhaustiva de todas las palmeras ubicadas en un radio de 1.000 metros a la redonda. El propósito de esta acción es localizar y eliminar rápidamente aquellas palmeras altamente infestadas. Esta primera inspección deberá ser seguida por revisiones continuas y detalladas de todas las palmeras en la zona.
En el caso de la palmera de
Canarias (Phoenix canariensis), que atrae de manera preferente al picudo
rojo sin importar su tamaño, es vital localizar y controlar urgentemente todas
las palmeras de esta especie en la zona, así como someterlas a inspecciones
regulares.
Dado que el picudo tiende a
atacar el área del brote apical en estas palmeras, es importante tener en
cuenta que los síntomas de infestación suelen manifestarse antes que en otras
especies de palmeras. Por lo tanto, se recomienda llevar a cabo inspecciones
regulares y continuas. En las zonas donde ya se han detectado palmeras
infestadas, se aconseja establecer un protocolo de revisión que permita
identificar rápidamente cualquier síntoma sospechoso que pueda surgir.
Eliminación de las palmeras.
Desde una perspectiva a corto
plazo, la estrategia de erradicación puede resultar efectiva; sin embargo, es
crucial considerar los siguientes parámetros a mediano y largo plazo: la
localización del insecto dentro de la palmera, el daño ocasionado y el nivel de
infestación presente.
Cuando se detecta una infestación
en su etapa inicial, es probable que esta afecte únicamente a una capa
superficial de la palmera. En este escenario, se recomienda llevar a cabo una
limpieza exhaustiva de la zona afectada, complementada con tratamientos
químicos y aplicación de mástic. Esto garantizará que el desarrollo futuro de
la palmera no se vea comprometido. Es relevante destacar que, desde un enfoque
fitosanitario, la eliminación de estas palmeras resulta fútil y conlleva costos
significativos, tanto en términos de eliminación como de renovación. En el caso
de ejemplares de gran envergadura, la eliminación puede tener repercusiones
negativas en la conservación del patrimonio paisajístico.
En situaciones donde la
infestación se localiza en la parte superior del tronco, donde se concentran
las hojas, como suele ser el caso de la palmera de Canarias (Phoenix
canariensis), se aconseja evaluar el grado de infestación presente. En el
caso de infestaciones detectadas en una fase incipiente y no severa, es posible
aplicar tratamientos insecticidas mediante inyección en el tronco con
insecticidas sistémicos para eliminar larvas y adultos presentes en el interior
de la planta. Complementariamente, la aspersión de las bases de las hojas con
insecticida contribuirá a eliminar posibles adultos emergentes de los capullos.
Estos capullos suelen encontrarse en la superficie de las bases de las hojas o
entre ellas, y con un adecuado rociado, es factible eliminar también larvas,
pupas y adultos que permanezcan en el interior del capullo. Estos tratamientos
deben seguirse de inspecciones regulares durante los meses sucesivos.
Si no se puede garantizar la aplicación y supervisión de los tratamientos mencionados anteriormente, se recomienda la eliminación de la palmera infestada. En este caso, es fundamental llevar a cabo el corte y la destrucción de la palmera con estrictas medidas de bioseguridad para evitar la dispersión de los insectos adultos que puedan escapar durante el proceso de tala, transporte, triturado o enterrado de los restos vegetales.
Tratamientos químicos
Los tratamientos destinados a
combatir la plaga del picudo rojo deben ser considerados como parte integral de
una estrategia global de lucha, que abarque todos los aspectos previamente
mencionados, con el objetivo de erradicar la presencia del picudo en una zona
específica en un plazo determinado. Es fundamental evitar el uso aislado de
tratamientos químicos, dado que, además de su escasa efectividad, podría
acarrear consecuencias no deseadas para el medio ambiente.
1) Productos
Los tratamientos con pulverizados
poseen un alcance limitado y actúan sobre la población de picudo rojo presente
en las etapas de larvas próximas a pupar, pupas y adultos recién emergidos o
aquellos que han llegado recientemente a la palmera. Sin embargo, no logran
penetrar en el interior del estípite o raquis de las hojas, donde residen las
larvas jóvenes y los adultos. La persistencia de estos tratamientos es de 3 a 4
semanas. Para alcanzar a esta población "oculta", se recomienda el
uso de insecticidas sistémicos aplicados por vía radicular en palmeras en
macetas, o mediante la inyección de insecticidas directamente en el tronco, con
una persistencia que varía entre varios meses y un año, dependiendo del
producto. Es esencial emplear productos autorizados por el Registro de
Productos Fitosanitarios del Misterio de Ganadería Agricultura y Pesca.
2) Tratamientos preventivos
En un radio de 1.000 metros
alrededor de las palmeras infestadas, independientemente de su tamaño, se debe
aplicar un tratamiento preventivo de manera inmediata. Este procedimiento
deberá repetirse cada mes y medio. La aplicación de insecticidas debe realizarse
en forma de rociado abundante (de 10 a 20 litros de solución por palmera) para
ser efectivo. En el caso de Phoenix canariensis, se recomienda tratar
las hojas centrales, las bases de todas las hojas y la parte superior del
tronco.
3) Tratamientos curativos
En situaciones donde se detecta
que la infestación se ha originado en la base de los troncos, se pueden emplear
los siguientes métodos:
Infestación superficial:
- Eliminación mecánica de las
larvas, limpieza de los tejidos afectados, aplicación de mástic y tratamiento
químico.
Infestación más profunda
pero no grave:
- Utilización de sistémicos
mediante inyección, tratamientos químicos complementarios por aspersión,
siguiendo el procedimiento descrito anteriormente.
Trampeo.
1) Trampeo para captura masiva.
El despliegue de trampas para la
captura masiva del picudo rojo debería planificarse en un radio de 1000 metros
desde el área donde se identifiquen palmeras infestadas, colocando una trampa
cada 50 metros a lo largo de los alineamientos de palmeras en las calles y una
cada 2500 metros en parques y plazas.
Los estudios muestran que algunos
adultos atraídos por las trampas no caen en ellas, sino que son atraídos hacia
las palmeras cercanas. Por lo tanto, se debe aplicar tratamientos regulares a
las palmeras ubicadas en un radio de 50 metros alrededor de las trampas.
La captura masiva debe llevarse a
cabo preferentemente durante la primavera y el otoño.
En caso de no detectar nuevas
palmeras infestadas ni capturar picudos en un período de 12 meses en la zona
tratada, se podría considerar reducir el número de trampas y transformarlas en
dispositivos de monitoreo.
2) Trampas para monitoreo
De acuerdo con las
recomendaciones de expertos en la materia, se aconseja instalar trampas de
monitoreo en áreas donde se sospeche la presencia del insecto, con una densidad
de una trampa cada 3 hectáreas.
Las trampas de monitoreo deben
mantenerse operativas durante todo el año, y al igual que en el trampeo masivo,
se deben aplicar tratamientos insecticidas preventivos en las palmeras cercanas
a las trampas.
Características de las trampas
Las trampas consisten en cubos de
aproximadamente 15 litros y 30 cm de altura, con tapa y aberturas laterales y
superiores de alrededor de 9 cm2 de área. Se recomienda colocar las
trampas parcialmente enterradas, sin importar si la superficie del cubo es lisa
o rugosa.
En las trampas se suspenden
difusores que contienen feromonas de agregación y acetato de etilo para atraer
al picudo. Además, se coloca un recipiente con agua y materia orgánica en
fermentación en el interior de la trampa para aumentar su eficacia.
Mantener un nivel óptimo de
humedad en las trampas es crucial para su eficiencia, siendo necesario
revisarlas regularmente para verificar la captura de picudos, la integridad de
las trampas y el nivel de agua.
Es fundamental renovar los
atrayentes y material en fermentación periódicamente. La correcta ubicación,
diseño y mantenimiento de las trampas son aspectos críticos para garantizar su
eficacia en el control. Es esencial seguir rigurosamente las pautas basadas en
la experiencia internacional para evitar ineficacias en el trampeo.
Medidas agronómicas
En términos generales, se
recomienda evitar la poda de hojas verdes y la decorticación del tronco, ya que
estas prácticas atraen fuertemente a las hembras del picudo para depositar sus
huevos. En caso de ser necesario podar las hojas verdes, se recomienda realizar
esta actividad durante los meses de invierno. El período de mayor riesgo abarca
desde septiembre hasta junio (época de vuelo), por lo que es fundamental
aplicar un tratamiento foliar inmediatamente después de la poda durante estos
meses.
Es importante considerar que una
palmera infectada experimenta estrés, y al quitarle las hojas, su capacidad de
fotosíntesis se ve comprometida, lo que podría agravar su condición sanitaria.
Se plantea la hipótesis de que el
picudo rojo se siente atraído por el olor de las inflorescencias masculinas de
las palmeras, dado que el insecto muestra preferencia por palmeras de este
sexo. En consecuencia, se sugiere la eliminación temprana de estas
inflorescencias.
Las heridas y agujeros presentes
en el tronco de las palmeras deben ser cubiertos con mástic, silicona, látex u
otros materiales similares, seguido de la aplicación de insecticida en caso de
tratarse de una zona extensa.
Es importante evitar la
humectación de los troncos de las palmeras al momento de regar, ya que la
humedad podría propiciar la aparición de podredumbre, ofreciendo un ambiente
propicio para la puesta del insecto. Asimismo, se deben evitar cualquier tipo de
heridas que puedan servir como entrada al insecto.
Medidas de cuarentena y estrategia de erradicación.
Es recomendable evitar la
reubicación de palmeras desde áreas donde se haya registrado la presencia del
insecto, con el propósito de prevenir la propagación de la plaga.
En situaciones en las que sea
necesario trasladar palmeras, es fundamental implementar todas las medidas
disponibles (tratamientos sistémicos de inyección y/o tratamientos foliares)
para asegurar la ausencia de picudos en las plantas, además estas deberían
estar sujetas a un sistema de trazabilidad y supervisión.
Por otra parte, la introducción
de plantas procedentes de zonas infestadas en áreas libres de la plaga
representa un riesgo fitosanitario significativo, por lo tanto, se recomienda
prohibir, restringir o aumentar la vigilancia en los puntos de entrada al
territorio nacional para prevenir su dispersión.
El considerable aumento de
palmeras infestadas detectadas en los últimos meses evidencia la falta de
implementación de medidas efectivas para la erradicación de la plaga en nuestro
país. En Uruguay, contamos con un valioso patrimonio que incluye nuestro ecosistema
de Palmares, reconocido como reserva de biosfera por la UNESCO. La relevante
actividad económica que representa y el atractivo turístico que brinda el
paisaje de palmeras se encuentran gravemente amenazados por la presencia del
picudo rojo.
Ante esta preocupante situación,
es imperativo que se pongan en marcha de manera urgente y se consideren
seriamente las medidas de cuarentena y estrategias de erradicación a nivel
regional y nacional. Asimismo, se podría solicitar la colaboración de expertos
internacionales con amplia experiencia en el control del picudo rojo para
abordar de manera más efectiva esta problemática.
Fuente: La información científica proviene de investigaciones realizadas en
España y ha sido adaptada para una posible aplicabilidad en nuestro país.
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