Por Ing. Agr. Leonardo Vique.
La expansión de la chicharrita
del maíz (Dalbulus maidis) en Paraguay y Argentina, insecto vector del
Spiroplasma, es un tema que trasciende las fronteras regionales y requiere estar
alertas en Uruguay. La capacidad de esta plaga de desplazarse hasta 500
kilómetros con la ayuda del viento representa un riesgo inminente para nuestros
cultivos. La atracción de los adultos de la chicharrita hacia plantas afectadas
por Spiroplasma aumenta la probabilidad de propagación de la enfermedad,
agravada por la longevidad y la tolerancia ambiental de los insectos
infectados.
Además de su rol como vector de
Spiroplasma, la chicharrita del maíz provoca daños directos en las plantas al
alimentarse de su savia, resultando en una disminución del rendimiento
agrícola. Es fundamental implementar un monitoreo constante de la presencia de
esta plaga, tomando muestras en distintas áreas de los cultivos y prestando
especial atención a los brotes de las plantas.
Si bien el control químico puede
ser efectivo en situaciones de baja a media incidencia de la plaga, es crucial
manejar previamente las densidades poblacionales para lograr resultados
satisfactorios. En países como Brasil, donde la chicharrita del maíz representa
un problema grave, las semillas de maíz se comercializan con tratamientos que
buscan prevenir la presencia de esta plaga.
Ante la posible llegada de la
chicharrita del maíz a Uruguay y la amenaza que representa para nuestros
cultivos de maíz, resulta indispensable estar preparados y tomar medidas
preventivas para resguardar la seguridad alimentaria y la economía agrícola del
país. La cooperación regional y el intercambio de información entre los países es
clave para combatir de manera eficaz la propagación de esta plaga y reducir los
impactos en los cultivos. Es imperativo actuar de forma coordinada y urgente
para hacer frente a esta emergente amenaza en nuestra región.
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