Un
adecuado manejo del rodeo de cría requiere una planificación e implementación
de diferentes actividades a lo largo del año. También consiste en modificar a
tiempo o implementar nuevos manejos en función de situaciones coyunturales,
como por ejemplo efectos climáticos adversos. El éxito productivo de un rodeo
de cría no depende de un solo factor sino de varios que interactúan entre
sí para definir el resultado final.
Cada
establecimiento tiene sus características propias, existen sí conceptos comunes
que deben ser manejados en todos los rodeos de cría si se pretende alcanzar
altos índices reproductivos.
MANEJO EN EL OTOÑO
Destete
definitivo:
el destete temprano en otoño permitirá una recuperación del estado corporal de
la vaca antes de entrar al invierno, lo que favorecerá su estado al parto.
Además los terneros disminuyen su dependencia alimenticia materna (leche) a
partir de los cuatro meses.
Diagnóstico
de gestación:
debe realizarse a los 45 a 60 días de retirado los toros para separar vacas
preñadas de falladas e identificarlas. También junto con este servicio puede
solicitarse que se identifiquen los animales preñados temprano y tarde en el
periodo de servicio, conformando así al menos dos lotes de parición (temprana y
tardía). El objetivo de todo esto es manejar de forma diferencial los animales
según su estatus fisiológico.
Manejo
diferencial de animales:
a los vientres preñados se les asignarán mejores recursos forrajeros por
presentar éstos mayores requerimientos nutricionales. Las vacas preñadas de
baja condición corporal y las vaquillonas deberán tener prioridad a la hora de
asignar los potreros correspondientes. Se deberá manejar preferentemente las
vaquillonas en potreros separados del resto de las categorías.
MANEJO EN EL INVIERNO
Cuidar la
recría:
tanto las terneras como las vaquillonas deberán tener una correcta sanidad y
alimentación durante el invierno. No olvidarse que restricciones nutricionales
severas durante el primer invierno de vida repercutirán en el desarrollo futuro
de ese animal. Por otra parte, durante el invierno previo al primer servicio,
las vaquillonas mudan dientes, convirtiéndose en una categoría muy sensible. En
caso que el objetivo del sistema sea un entore o inseminación artificial a los
dos años de edad, se recomienda que estas categorías al menos mantengan peso
durante el invierno.
Reservar
potreros para la parición: se
debería ir previendo reserva de potreros para la parición. No olvidarse que es
recomendable separar la parición en al menos dos lotes (temprana y tardía) los
que se manejarán en potreros diferentes o serán identificados. Esto
permitirá ordenar los manejos a la hora del posterior entore.
Chequear el
estado corporal de los vientres preñados: el estado corporal de los animales
es dinámico; hay que separar aquellos animales con más baja condición y
asignarles más comida (ej.: en un potrero a baja carga y/o sin lanares).
Observar muy cuidadosamente a las vaquillonas (futuras vacas de primera
cría).
MANEJO PRIMAVERO-ESTIVAL
Parición: recorrida diaria durante la
parición permitirá detectar problemas de parto, abortos, atraques, etc.
Se debería destinar el ganado parido temprano a un potrero y el tardío a otro,
de forma de poder aplicar las medidas de manejo más correctamente al
entore. Identificar vacas que hayan parido en baja condición corporal y
destinar mejores recursos forrajeros. Es recomendable que las vaquillonas de
primera cría pasen a pastorear un mejoramiento de campo o un potrero de capo
natural con buena disponibilidad y calidad de forraje. De esta forma se tratará
de recuperar estado hacia el entore (manejo posparto).
Revisación
de toros:
recordar que la suma de eventos que culminan con la producción de
espermatozoides tiene una duración aproximada de 2 meses, por lo tanto los
toros deberán tener una adecuada nutrición varios meses antes del entore. Es
necesario un examen clínico general, así como también evaluar su aptitud
reproductiva (habilidad de monta, libido, capacidad de servicio).
Entore: se deberá planificar con
tiempo los lotes de entore (grupos de vacas y asignación correspondiente
de toros). De la misma forma fechas y duraciones acordes a cada establecimiento
(sin superar los 3 meses de duración). Se deben realizar recorridas al menos
dos veces por semana para observar si el ganado esta en celo (porcentaje) y si
los toros trabajan adecuadamente.
Como digo el Profesor Ing. Agr Jaime Rovira (1991): “…no
existe, lamentablemente, esa única solución mágica que resuelva el problema de
la baja productividad en forma global…”
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